Póngase en situación. Usted viaja y va a cualquier lugar donde tiene que dar sus datos, pongamos por ejemplo un hotel. En el momento de decir de dónde viene usted afirma: «Soy de Mullerboa», o «vengo de O Eido do Macho» o «mi pueblo es Cabeza de Boi». ¿Qué cara cree que pondrá su interlocutor? Seguramente, le hará esbozar una sonrisa y tardará tiempo en olvidarse de las aldeas gallegas. Hay que reconocer que esos topónimos, que se encuentran en distintos municipios de las comarcas de Arousa y Pontevedra, son deliciosamente simpáticos.
ALDEAS GALLEGAS DONDE TODO EL MUNDO QUERRÍA VIVIR
Empecemos por buscar sitios donde todo el mundo querría vivir.
¿A quién no le gustaría estar permanentemente en el paraíso?
Pues está bastante fácil. Basta con dejarse llevar hasta Portas y allí, en la parroquia de Santa María de Portas, uno encuentra Paraíso. La suerte que tienen sus habitantes solo es comparable a la de unos vecinos de Meis, que en esta tierra anfibia donde lo normal es ver llover tres días y escampar uno, su lugar quizás está ajeno a tanta inclemencia meteorológica y por eso se llama Granxa do Sol. Está ubicado en la parroquia de Paradela. Si alguien va hasta Meis buscando topónimos curiosos no debería marcharse sin recorrer algún otro lugar. Merece la pena Cabeza de Boi o incluso Casillaflor, que no evidencia mucho lo que significa, pero suena más que bonito. Cuando se canse, si quiere quejarse, nada mejor que ir hasta Ai, que está la comarca de San Lourenzo de Nogueira.
No obstante, no todos los topónimos son así de amables.
ALDEAS GALLEGAS CURIOSAS POR SU SIGNIFICADO
- Muchos de los nombres de aldea curiosos es fácil imaginar que sirvieron para mofarse de alguien. De ahí A Porta da Coxa y O Teso, que se ubican en Pontevedra. Este municipio, a lo largo y ancho de sus 15 aldeas gallegas rurales, está preñado de aldeas gallegas con santo y seña curioso. A Piolla es uno de ellos. Y también está un Matalobos como el de la conocida serie televisiva.
- Pueblos a los que ir con tiento sin salir de Pontevedra, incluso hay una aldea a la que quizás sea mejor ir con dinero, que para algo se llama Cara.
- En otros lugares, si uno se fija exclusivamente en el nombre será mejor ir con tiento. Ocurre así en Ribadumia donde, en la parroquia de Lois, está Trastada. Y, por si fuese poco, sin salir del término municipal hay también un Rabuñade. Así que ojo.
- Las alusiones al mundo animal dan más alegrías a la nómina de topónimos estupendos. En Meaño tienen Ratón; en Poio cuentan con Serpe y en O Grove hay uno curioso que incluye apellido y todo: se llama Balea Marítima.
Luego está el asunto de las aldeas gallegas relacionadas con los decesos. El Gatomorto de Pontevedra, que incluso se divide en Gatomorto de Arriba, del Medio y de Abaixo. Y A Ramorta de Bueu, igual de difunta.
- En otros casos, es cuestión de sonoridad. Aunque todo es subjetivo, hay lugares que cuando se pronuncia su nombre parece que la música suena. Hasta casi se oyen violines. Pueden ser Trobisquido y Viliquín en Meaño o Guldrigáns en Cuntis.
- Y con otros ocurre todo lo contrario. Al decir su nombre en voz alta, y siempre sin indagar en la procedencia del topónimo, no suenan demasiado bien. Por ejemplo, O Cagaxol en Pontecesures. Claro que luego, uno decide ir hasta allí bien podría pensar que, en realidad, lo podrían se llama A Pasada, igual que se llama un lugar de Moraña, porque O Cagaxol, por muy raro que suene, también se pasa de bonito.
- En algunas ocasiones, el nombre anima a conocer el lugar porque quizás alguien invite a algo en él, como en As Veigas de Almorzar.
- Y a otras aldeas gallegas apetece ir para ver si realmente asustan, como O Portamedos en A Lama.
LISTA DE TOPÓNIMOS
La lista de topónimos curiosos es amplia. Se podría escribir de muchos lugares. Alguna aldea, mejor ni mentarla, que seguro que ya está todo contado sobre ella. No en vano, en la parroquia de Samieira, en Poio, está publicada.
Por lo tanto, si lo que buscamos es aldeas con nombres difíciles de olvidar Galicia es nuestro lugar, podremos hacer una ruta gallega por todos ellos, ya que además de deleitarnos con sus nombres podremos observar su belleza incansable.